Día 2

Lunes 31 de Agosto, 9:30 de la mañana, bajo a desayunar sin haberme duchado porque no tengo toallas. Encuentro la sala de desayuno y... no hay desayuno. Resulta que entre semana el desayuno es de 6.30 a 9. Así que quiera o no me va a tocar madrugar.

Encuentro a la responsable de la residencia, me da unas toallas, sábanas y vajilla y cubertería para 1 persona. Es decir, 1 plato, 1 vaso, 1 tenedor, 1 cuchilo... y me deja elegir entre taza y bol!! (escojo el bol, por si os lo preguntabais).

Salgo a ver París, a conseguir un teléfono y empezar a buscar piso. La operación teléfono es un fracaso. El prepago aquí es practicamente inexistente, además de carísimo. Aborto la misión hasta conseguir la chequera de la cuenta bancaria, lo que quiere decir que el móvil tendrá que esperar a la semana que viene.

Entro en diversas agencias, ninguna tiene pisos en alquiler, o si tienen están muy por encima de mi presupuesto. Encuentro una que tiene un piso que parece interesante, y quedamos para ir a verlo el martes por la mañana. Satisfecha, me voy a conseguir la tarjeta del metro.

En la estación, el hombre que me hace la foto, me pregunta si soy modelo. Le digo que no. Me dice que tengo una sonrisa muy bonita. Tantos años de aparato han servido para algo...

Finalmente voy al supermercado para llenar la mininevera que tengo, compro yogures, zumo, leche, manzanas y jamón york. La nevera está llena.

Al deshacer la maleta he descubierto que acerté, tiene toda la ropa de verano y algunas chaquetillas de punto. No tengo zapatos, ni ropa interior, ni ningún producto de higiene. Sobreviviré.