1.12.09

Día 91

Martes, 1 de diciembre, los parisinos han desarrollado la extraña habilidad de dormir con los ojos abiertos en el metro. Me preguntó cuántos viajes hacen falta para llegar a ese dominio de levantarse justo en tu parada.

Las clases/los millones de trabajos me han provocado un daño colateral con el que no contaba, esperaba las ojeras, la palidez, el cansancio... pero ¡¡¡canas!!! supongo que ya no puedo negar el paso del tiempo. A mis XX juveniles años me han salido un montón de canas y he tenido que cambiar de lado la raya del pelo para disimularlas. Empiezo a entender a esos hombres que se peinan como una ensaimada, ellos lo hicieron para disimular una calvicie incipiente y no supieron detenerse a tiempo. Siguen sin gustarme (de momento, a este ritmo nunca se sabe qué puede pasar).

Primera parada cuando esté de regreso: la peluquería.